jueves, 20 de mayo de 2010

Testimonio de Andrea Bocelli sobre el aborto

Un ejemplo de las barbaridades que se pueden cometer a través de un aborto: un verdadero crimen.










sábado, 15 de mayo de 2010

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO

Objetivo: Mejorar la manera de educar a los hijos.

Narración:

1. No me des todo lo que pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.


2. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí y yo no quiero hacerlo.

3. No me des siempre órdenes, a veces si me pidieras las cosas yo lo haría más rápido y con más gusto.

4. Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo; pero también si es castigo.

5. No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana.

6. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir y si me haces lucir menos que los demás, seré yo quien sufra.

7. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y mantén esa decisión.

8. Déjame valerme por sí mismo. Si tú lo haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

9. No digas mentiras delante de mi ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en ti y en lo que me dices.

10. Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga el porqué lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.
11. Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti, y me ensañaras a admitir mis equivocaciones también.

12. No me digas que haga una cosa y tú no la hagas. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

13. Cuando te cuente un problema mío, no me digas “no tengo tiempo para tonterías” o “eso no tiene importancia”. Trata de comprender y ayudarme.

14. Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.
15. Abrázame, necesito sentirte mi amigo, mi compañero a toda hora.

Tu hijo






miércoles, 5 de mayo de 2010

El mundo de las "Sombras"

Puedes ver otros videos del estilo buscando la palabra PILOBOLUS en YouTube.

Hay una entrada en este blog, con fecha del 5.V.2008, que tiene este mismo estilo.








sábado, 1 de mayo de 2010

"En medio", con dolor y con amor

“En medio” colocaron a la adúltera sus acusadores. “En medio” se quedó la mujer cuando los acusadores, uno a uno, se escabulleron, dejándola sola con Jesús. “En medio” pusieron a la mujer, pero a quien pretendían comprometer y acusar, a quien de verdad querían poner en medio, era a Jesús (Cfr. Jn 8,1-11).

Hoy, letrados y fariseos han colocado “en medio” al monstruo, al clérigo sorprendido en flagrante delito de pederastia, y no lo han llevado al tribunal competente para juzgarlo conforme a justicia, sino que se lo han llevado a su madre, a la Iglesia, lo han tirado como basura a sus pies, para ponerla “en medio” a ella, para avergonzarla a ella, para comprometerla y condenarla a ella.

Letrados y fariseos, gente estéril, senos que nunca han conocido la vida ni la ternura, pretenden que una madre condene a su hijo: si no lo condena, no es justa; si lo condena, no es madre.

Letrados y fariseos, arrogantes, soberbios e hipócritas, insisten en preguntar a la madre: “Tú, ¿qué dices?” Preguntan como si ellos fuesen inocentes del crimen que fingen perseguir. Y se lo preguntan a ella, a la Iglesia que, como supo y como pudo, ha intentado siempre educar en el amor y en la virtud a sus hijos. Se lo preguntan a la madre los mismos que han destruido a su hijo: los profetas de la revolución sexual, los que instigan a los niños a masturbarse, los mercaderes de pornografía, los expertos del turismo sexual, los que consideran la prostitución un trabajo y la castidad una aberración.

Hoy la Iglesia, como ayer Jesús, encara a los acusadores con la realidad de sus propias vidas: “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”.

Hoy como ayer, la Iglesia como Jesús, habrá de inclinarse para cargar con el peso de sus hijos, con la culpa de sus hijos, con la muerte de sus hijos. Cuando se incorpore, allí, “en medio”, estarán solos ella y sus hijos, con un dolor sin palabras y un amor sin medida.

+ Fr. Santiago Agrelo

Arzobispo de Tánger