viernes, 15 de octubre de 2010

Objeción de conciencia en el aborto

Giro histórico en Europa preserva derecho a la objeción de conciencia
By Terrence McKeegan, J.D.

ESTRASBURGO, 15 de octubre (C-FAM) – Tras un drástico vuelco legislativo se reafirmó la semana pasada el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales médicos y de las instituciones en Europa.

La legislatura del Consejo de Europa sometió a consideración un proyecto de resolución que exigía importantes restricciones a la objeción de conciencia, incluyendo la privación de las garantías de este derecho a los médicos que se rehúsan a practicar abortos.

Una alianza de legisladores encabezada por dos políticos, uno de Italia y otro de Irlanda, aseguró la aprobación de 29 enmiendas que transformaron el proyecto en una resolución que preserva el derecho universalmente reconocido a la libertad de conciencia.

El proyecto de resolución, conocido como Informe McCafferty pretendía sancionar al personal sanitario que se negara a realizar prácticas contrarias al dictamen de su conciencia. Además, exigía un nuevo registro de objetores de conciencia.

Christine McCafferty, política británica y principal autora de la resolución inicial, dijo, en el transcurso de las deliberaciones, que pretendía forzar a clínicas y hospitales privados y confesionales a practicar abortos.

Un comité aprobó la resolución inicial de McCafferty, pero fue anulada en la última votación legislativa. La mayoría de los observadores daba por sentado que sería aprobada prácticamente sin enmiendas, por lo que el resultado impactó casi a todos, especialmente a McCafferty, quien terminó votando en contra de su propia resolución.

El nuevo texto establece que «ningún hospital, establecimiento o persona puede ser objeto de presiones, ser considerado responsable o sufrir discriminación de ningún tipo por negarse a realizar, aceptar o asistir un aborto».

«Esta resolución tendrá un impacto real en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos», aseguró Gregor Puppinck, director del European Centre for Law and Justice. Asimismo, manifestó que el tribunal frecuentemente cita resoluciones de la legislatura europea como reflejo del parecer del continente en general.

Puppinck dijo a Friday Fax que la legislatura a menudo reserva las votaciones sobre los asuntos más discutidos para los jueves por la tarde o los viernes. Como la mayoría de los miembros conservadores suele vivir en lugares más alejados de la sede de Estrasburgo que los liberales, los preparativos de los viajes, por lo general, hacen más difícil que puedan estar presentes en las votaciones que se efectúan hacia el fin de la semana. Puppinck atribuyó gran parte del éxito a los esfuerzos por mantener a los miembros conservadores en la sala para el la votación del jueves por la tarde.

Quienes respaldaron las enmiendas atribuyeron ampliamente el resultado final al liderazgo del senador italiano Luca Volonte, jefe del Partido Popular Europeo, y del senador irlandés Ronan Mullen.

«La Sra. McCafferty y sus seguidores deberían preguntarse, en primer lugar, por qué tantos profesionales de la salud se niegan a verse involucrados en abortos», reza un comunicado de prensa de Mullen. «Es porque consideran al aborto en sí mismo como una violación de los derechos humanos, y no como parte de un tratamiento médico responsable».

Diversos acuerdos internacionales vinculantes garantizan el derecho a la objeción de conciencia. Entre ellos se encuentran el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Europea de Derechos Humanos y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Un número de asociaciones médicas, entre ellas el Consejo Nacional de Médicos de Francia, condenó el informe inicial de McCafferty. Figuras destacadas, como un ex magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y un ex presidente de conducta profesional del principal consejo médico del Reino Unido, se manifestaron en contra del proyecto inicial en una reunión realizada el día previo a la votación.






jueves, 14 de octubre de 2010

Sevilla, Capital de la muerte

«Pocas innovaciones cabe esperar en el sencillo método de aspiración, habitualmente empleado en los tres primeros meses de embarazo»


Sobre el IX Congreso Internacional de Profesionales del Aborto y la Contracepción
Francisco Contreras Peláez
Día 14/10/2010


Se ha señalado a menudo que Sevilla perdió el tren de la Historia en el siglo XVIII y, desde entonces, sumida en un letargo narcisista, vuelve la espalda altivamente a la industrialización y el progreso. De ahí que nos haya recorrido a tantos un "repelús de emoción" cuando conocimos la noticia: la ciudad albergará —del 21 al 23 de octubre— el IX Congreso Internacional de Profesionales del Aborto y la Contracepción. ¡Nos visitarán los más prestigiosos especialistas del ramo, dignamente alojados por el Hotel Meliá! Y al César, lo que es del César: no cabe sino elogiar "el compromiso modernizador" de la Junta de Andalucía, que apadrinó tan "magno evento" declarándolo «de interés científico-sanitario», y del Ayuntamiento de Sevilla, que figura como patrocinador en los folletos del mismo.

Durante "tres días gozosos", la ciudad será la capital mundial de "la salud" sexual y reproductiva. Aquí se debatirán los últimos avances del "fascinante mundo" de la interrupción del embarazo. Lastrados por nuestra proverbial desidia, muchos sevillanos no estamos suficientemente al día sobre el ingenio desplegado por estos "abnegados servidores de los derechos de la mujer"; ofreceremos, pues, una breve panorámica del «state of the art». Extraigo los datos técnicos del artículo «Cómo se ejerce un derecho en España», del doctor Luis I. Amorós.

Pocas innovaciones cabe esperar en el sencillo método de aspiración, habitualmente empleado en los tres primeros meses de embarazo. Se dilata mecánicamente el cuello uterino y se introduce un aspirador que succiona al embrión implantado, que cae en el depósito adosado (semejante a la bolsa de una aspiradora). Allí, ejem, muere. Eso sí, no siempre sale entero; de ahí que el procedimiento concluya con un legrado de la superficie del útero, que eliminará los restos de embrión y placenta que hayan podido quedar.

Entre las semanas 12 y 16, el feto ha alcanzado un tamaño considerable, lo cual requiere del personal médico "técnicas más refinadas" (de las que, quizás, conoceremos algún estimulante avance en este congreso). Las dimensiones del feto (que no podría pasar entero por el cuello del útero) obligan aquí en ocasiones al troceado del mismo, lo cual realiza el "hábil facultativo", ayudado de una cámara endoscópica, con un pequeño cuchillo. El saco amniótico debe ser previamente resecado.

Entre las semanas 16 y 22 (la ley Aído autoriza el aborto por «peligro para la salud de la mujer» hasta la semana 22; la experiencia desde 1985 muestra que eso equivale en la práctica a aborto libre) aumentan las dificultades; no se arredran frente a ellas, sin embargo, los "audaces científicos", que despliegan una inventiva asombrosa. A ella debemos, por ejemplo, la "brillante técnica" de la inyección intraamniótica: se punciona el abdomen con una larga aguja, que inyecta en la bolsa amniótica una solución de urea. Al tragarla, el feto se intoxica mortalmente; su piel sufre quemaduras de primer o segundo grado, y su agonía puede durar varias horas. Su cadáver será expulsado 48 horas después.

Es a partir de la semana 22, sin embargo, cuando el tamaño del feto obliga a la ciencia a "proezas de sofisticación" (la ley Aído permite el aborto después de ese plazo si se detecta en el feto «una enfermedad extremadamente grave e incurable»; en la práctica, este concepto puede abarcar, por ejemplo, el síndrome de Down). Estando ya próximo el término del embarazo, lo lógico es utilizar las técnicas normales de alumbramiento: cesárea o inducción del parto con oxitocina. La histerotomía o minicesárea consiste en practicar en el abdomen la misma incisión que para una cesárea reglada, sacar al niño y, ejem, dejarlo morir en una bandeja (niños que podrían ser viables si fueran introducidos en incubadoras). Y el «aborto por nacimiento parcial» consiste en inducir el parto (el feto ha sido antes girado para salir de nalgas) y, cuando las piernas y tronco ya están fuera, introducir unas tijeras por el cogote para perforar el cráneo del niño, cuyo cerebro es succionado a través de la abertura. La "sugestiva técnica" tiene, además, el mérito de la "prudencia preventiva" frente a viles acusaciones de infanticidio de "ultracatólicos y otros reaccionarios": como la cabeza está aún dentro del seno materno, nadie podrá hablar de asesinato; se trata, a todas luces, de un legítimo ejercicio del derecho de la mujer al control de su propio cuerpo.
El congreso, por otra parte, puede contribuir a "relanzar" nuestra economía en crisis. Además de asegurar a los "heroicos regentadores" de las clínicas abortistas la justa retribución de su servicio a la mujer (la facturación de esta industria fue estimada en más de 100.000.000 € anuales por un informe de 2009 del Instituto Efrat), el aborto genera un "círculo virtuoso de prosperidad" que puede beneficiar a muchos sectores económicos: los restos de los fetos pueden ser muy útiles para la industria cosmética; el gremio de los psiquiatras puede encontrar un filón en la muchedumbre de mujeres que arrastran durante décadas el síndrome post-aborto (culpabilidad, autodesprecio, añoranza del hijo perdido); las funerarias recibirán un saludable estímulo, pues las estadísticas muestran que la probabilidad de que una chica que abortó se suicide es seis veces superior a la media. Sin olvidar al humilde pero honrado ramo de las trituradoras.

Sería justo, pues, que los sevillanos acudamos en masa el 23 de octubre, 12.00 horas, a la concentración convocada frente al Hotel Meliá por Derecho a Vivir y otras asociaciones pro-vida. Podremos expresar allí nuestro entusiasmo y gratitud.





sábado, 9 de octubre de 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

Amnistia Internacional promueve el aborto


Amnistía Internacional exige despenalización del aborto en América latina

By Seana Cranston, J.D.

NUEVA YORK, 8 de octubre de 2010 (C-FAM) Una de las principales organizaciones de derechos humanos intensificó la semana pasada su promoción del aborto y apuntó a Latinoamérica, especialmente a Nicaragua.

Amnistía Internacional exigió que los gobiernos despenalizaran el aborto inmediatamente en una declaración publicada el 28 de septiembre, en coincidencia con el «Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe».

La organización de derechos humanos se refirió concretamente a Chile, El Salvador y Nicaragua al decir que es «vergonzoso» que estos países tengan leyes que penalizan el aborto bajo cualquier circunstancia.

Amnistía Internacional, que alguna vez fue neutral respecto del aborto – fue fundada por un católico converso en 1961 –, ahora surge como un ruidoso proponente de dicha práctica. Recibió una donación de un millón de dólares en 2009 por parte de la Fundación Ford, la cual promueve el control de la población desde hace muchos años y subvenciona a las organizaciones que promueven el aborto y la anticoncepción en los países en desarrollo.

En su publicación de la semana pasada, Amnistía reservó sus críticas más duras para Nicaragua. Dijo que ese país «retrocedió», porque recientemente penalizó el aborto bajo cualquier circunstancia. La organización de derechos humanos y sus socios nicaragüenses enviaron 37.000 firmas al presidente Daniel Ortega para exigir que derogue las leyes de su país que penalizan el aborto.

La publicación de Amnistía Internacional parece haber sido pensada para generar gran preocupación al decir que la prohibición del aborto fomenta el suicidio y el aborto autoprovocado. Asimismo, afirma que, en los países donde el aborto es delito, «si una mujer o niña es violada por un familiar, la penalización significa que el Estado las obliga a dar luz a su propio hermano o primo».

La declaración elogia a Cuba, que despenalizó el aborto hace varias décadas, y también a Ciudad de México, que hizo lo mismo en 2007.

Según el documento publicado, los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos exigen la despenalización del aborto en todos los países de América latina y el Caribe. Sin embargo, no existe el derecho al aborto en ningún tratado de la ONU de derechos humanos. La Convención Americana de Derechos Humanos, ratificada por Nicaragua, en su lugar, consagra expresamente el derecho a la vida desde el momento de la concepción.

Amnistía Internacional apuntó en otra oportunidad a las leyes nicaragüenses que protegen la vida. El año pasado adujo que las leyes de ese país latinoamericano dan lugar a la tortura o, al menos, al trato cruel, inhumano y degradante, y que, por lo consiguiente, violan la Convención de la ONU contra la Tortura.

El año pasado, la Fundación Ford destinó su millonaria donación a la Campaña Global de Amnistía Internacional por la Dignidad Humana. Ésta se propone considerar las «consecuencias que tiene la negación de la dignidad humana sobre la salud y los hogares de las personas».

El folleto de promoción de la campaña por la dignidad mundial se centra en la mortalidad materna, el VIH/SIDA y los derechos humanos. En él se dice que las muertes maternas son causadas por los abortos practicados en condiciones inseguras y que quienes viven en la pobreza carecen del debido acceso a la educación sexual y otros «servicios de salud esenciales», lo cual «les priva del derecho a controlar sus vidas reproductivas».

La campaña intenta promover un «programa mundial de captación de apoyos y de activismo». No obstante, Amnistía afirma su independencia frente a cualquier «gobierno, ideología política, interés económico y credo religioso».

Hace muy poco, en 2005, Amnistía declaraba públicamente: «No hay un derecho al aborto generalmente aceptado en la legislación internacional sobre derechos humanos». Su cambio de postura en 2007 hacia la militancia abortista llevó a que muchos líderes e instituciones católicas retiraran su apoyo a la organización.


En definitiva, para Amnistía Internacional los Derechos humanos son unos u otros según quien pague.






jueves, 7 de octubre de 2010

La libertad de conciencia se impone en el Consejo de Europa


Escrito por Ecclesia Digital, jueves, 07 de octubre de 2010

La Asamblea Parlamentaria ratifica el derecho de médicos y hospitales a negarse a provocar abortos y practicar la eutanasia

Madrid, 7 de octubre de 2010. Hoy ha tenido lugar, en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa de Estrasburgo, la votación del llamado Informe McCaffert. Este documento, que pretendía traducirse en una Recomendación del Consejo de Europa, obligaba a médicos, personal sanitario e instituciones asistenciales a practicar abortos al restringir e incluso suprimir (en el caso de las instituciones sanitarias) el derecho a objetar a la realización o colaboración en abortos provocados.

El citado Informe convertía el aborto en un «derecho», una prestación sanitaria enmarcada en la «salud sexual y reproductiva» de las mujeres y consideraba que la objeción de conciencia de los médicos obstaculizaba de manera caprichosa «los derechos sexuales y reproductivos» de las mujeres. El Informe preveía igualmente mecanismos efectivos de control, es decir persecución, de los médicos y personal sanitario que se negara a practicar o colaborar en abortos provocados.

Pues bien, la votación celebrada hoy en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa no sólo ha rechazado los presupuestos del Informe McCafferty y la propuesta de recomendación que limitaba el derecho a la objeción sino que ha aprobado una Resolución (nº 1763) titulada Derecho a la objeción de conciencia en la atención médica.

El texto de la citada Resolución es el siguiente:

1. Ninguna persona, hospital o institución será coaccionada, considerada civilmente responsable o discriminada debido a su rechazo a realizar, autorizar, participar o asistir en la práctica de un aborto, la realización de un aborto involuntario o de emergencia, eutanasia o cualquier otro acto que cause la muerte de un feto humano o un embrión, por cualquier razón.

2. La Asamblea Parlamentaria enfatiza la necesidad de afirmar el derecho a la objeción de conciencia junto a la responsabilidad del Estado de asegurar que los pacientes tienen un acceso adecuado a la atención sanitaria prevista por la ley. La Asamblea es consciente de que el ejercicio sin regulación de la objeción de conciencia puede afectar de modo desproporcionado a las mujeres, especialmente a las que tienen bajos niveles de renta o viven en zonas rurales.

3. En la gran mayoría de los Estados miembros del Consejo de Europa, la práctica de la objeción de conciencia está regulada de modo adecuado. Existe un marco legal claro y completo que garantiza que -en el ejercicio de la objeción de conciencia por los profesionales sanitarios- se respetan los intereses y derechos de quienes buscan un acceso a prestaciones sanitarias admitidas por la ley.

4.- A la luz de las obligaciones de los Estados miembros de asegurar el acceso a los servicios y prestaciones sanitarias admitidas por la ley y de proteger el derecho a la protección de la salud, así como su obligación de asegurar el respeto al derecho a la libertad ideológica, de conciencia y religión de los profesionales sanitarios, la Asamblea invita a los Estados miembros del Consejo de Europa a desarrollar marcos legales claros y completos que definan y regulen la objeción de conciencia en relación con los servicios médicos y de salud, los cuales:

4.1. garanticen el derecho a la objeción de conciencia en relación con la participación en el procedimiento en cuestión:

4.2. aseguren que los pacientes son informados de cualquier objeción, en un plazo adecuado, así como que son derivados a otro profesional sanitario.

4.3. aseguren que los pacientes reciben tratamiento adecuado, en particular en casos de emergencia.

Para Leonor Tamayo, responsable de Relaciones Internacionales de Profesionales por la Ética, «se trata de una gran noticia, fruto de la colaboración de una verdadera red europea de personas e instituciones comprometidas con el derecho a la vida y la salvaguarda de la libertad religiosa y de conciencia. Este hecho nos enseña que es posible trabajar unidos por los derechos fundamentales y la dignidad de la persona, fundamentos de la construcción europea. Y obtener frutos de este trabajo». Tamayo recuerda que las Recomendaciones del Consejo de Europa no son vinculantes pero se utilizan frecuentemente como preámbulo de leyes y normas de rango nacional.

Una de las instituciones que ha contribuido al éxito de la votación de hoy en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha sido el Observatorio Europeo por la Dignidad, una organización no gubernamental con sede en Bruselas que interviene en las instituciones europeas a favor de la familia, la defensa de la vida y las libertades fundamentales. Su directora ejecutiva, Sophia Kuby, denunció las implicaciones del Informe McCafferty en un desayuno de trabajo convocado por Profesionales por la Ética en Madrid el pasado 23 de septiembre.

Por su parte, Profesionales por la Ética ha solicitado expresamente a los parlamentarios españoles del Consejo de Europa que votarán a favor del derecho a la objeción de conciencia, recogido en numerosos tratados internacionales suscritos por España.

La señora McCafferty pretendió enfrentar un derecho real, la objeción de conciencia, a un derecho inexistente, el aborto o la eutanasia. Y perdió.

El derecho a la objeción de conciencia se encuentra en la naturaleza ética del ejercicio de la Medicina, independientemente de que haya o no leyes que lo regulen.

No es obligatorio demostrar que la objeción se basa en creencias religiosas o convicciones morales. El aborto y la eutanasia suponen la supresión de una vida humana, ése es un hecho objetivo que no responde a creencias personales.

REDACCIÓN "HAZTE OIR"- Los representantes de los 47 países miembros del Consejo de Europa han rechazado el informe realizado por la diputada británica Christine McCafferty, que pretendía restringir los derechos fundamentales de los ciudadanos al erradicar la objeción de conciencia e imponer de esta forma el aborto obligatorio a los profesionales de la sanidad.

Con este rechazo se refuerza el derecho a la objeción de conciencia frente a leyes como el aborto o la eutanasia.

A través de HazteOir.org, los representantes españoles en el Consejo de Europa han estado recibiendo miles de correos electrónicos en los últimos días de ciudadanos que les reclamaban un rotundo rechazo a las pretensiones del informe McCafferty.

La votación del Consejo de Europa fue aprobada con 56 votos a favor, 51 en contra y 4 abstenciones. El pleno cambió hasta el título de la proposición que había presentado la Comisión de Asuntos Sociales, Salud y Familia y todos sus artículos. De llamarse Acceso de las mujeres a la atención médica legal: problema del recurso no reglamentado a la objeción de conciencia ha pasado a denominarse Derecho a la objeción de conciencia en el marco de la atención médica legal.

La resolución aprobada insta a los Estados a que garanticen el derecho a la objeción de conciencia en los servicios médicos y que los pacientes sean informados en ese caso y enviados a otro centro.