martes, 18 de septiembre de 2012

¿Pasas más tiempo de calidad con extraños que en casa?

 Las 8 precauciones para proteger tu matrimonio de la infidelidad. Lo que empieza como una inocente amistad fácilmente se convierte en un tercero que interfiere en la pareja. Pensar siempre en los fallos del cónyuge, no dedicarle tiempo, ser despreocupado... acaba pasando factura.

Cada vez es más evidente que nuestra sociedad es especialmente hostil contra el matrimonio. En España existe el divorcio sin causa a los 3 meses de casados, mientras que las compañías telefónicas piden 18 meses de permanencia con nuestro móvil. Hay quien se casa sin valorar el compromiso de exclusividad y fidelidad.

 Por eso, tiene sentido multiplicar las precauciones para proteger el matrimonio, algo que propone Jill Savage, fundadora en EEUU de Hearts at Home, un servicio que anima a las madres a dedicarse "a tiempo completo" al hogar y la familia. 

Una inocente amistad 
Jill pone un ejemplo. "Un papá de estar en casa en nuestro vecindario se ha convertido en mi mejor amigo", le decía una joven madre. "Vamos juntos con los niños al parque, a comprar, incluso cocinamos juntos una vez al mes; es un gran tipo", decía la mujer.

"Es evidente que ella no tenía ni idea del peligro de esta situación aparentemente inofensiva", escribió luego Jill Savage en un artículo. "La historia es siempre la misma: el cónyuge infiel desarrolló una relación que empezó como una inocente amistad, con alguien al que poder hablar, alguien que le escuchaba, que se preocupaba".

"Cada uno es tentado por sus propios deseos que le atraen y seducen; estos deseos, una vez concebidos, engendran el pecado, y el pecado, una vez crecido, engendra la muerte", cita Jill la Carta de Santiago 1, 14-15.

Plantar una valla de protección
"Necesitamos plantar un seto de protección alrededor de nuestro matrimonio, es decir, tomar decisiones ya, por adelantado, que mantengan la tentación lejos y hagan del matrimonio una prioridad", recomienda Jill como asesora familiar y matrimonial. En concreto, ella recomienda 8 precauciones para proteger la relación. 

Precaución 1: Elige sabiamente.
Evita pasar tiempo innecesario con alguien del sexo opuesto. Por ejemplo, si buscas un entrenador personal en el gimnasio, elige mejor a alguien del mismo sexo que tú.

Precaución 2: Comparte sabiamente.
Si un día te das cuenta de que estás compartiendo con alguien secretos e intimidades sobre ti y tu matrimonio que no has compartido con tu esposo o que no lo harías, eso es una señal de alerta. Un lío emocional con alguien, incluso si no llega a ser sexual, también puede hacer mucho daño a la relación. 

Precaución 3: Procura estar en sitios públicos.
Haz el propósito de no citarte a solas con alguien del otro sexo. Si un compañero te invita a comer o a que le acompañes, haz que venga una tercera persona. No titubees en explicarle, si hace falta, que así lo has acordado con tu cónyuge. Puede servir para dar ejemplo.

Precaución 4: No seas inocente.
La mayor parte de la gente que termina teniendo un lío no quería tenerlo; la infidelidad empieza como una relación inocente que termina alcanzando una profundidad emocional que cruza la línea de la fidelidad. 

Precaución 5: Aumenta tu inversión en hogar.
Los matrimonios fuertes se consiguen pasando tiempo juntos, riendo juntos, jugando juntos. Si no tienes citas con tu pareja, planea ya citas para los meses que vienen y haz que pasar tiempo juntos sea una prioridad.

Precaución 6: Presta atención a lo que piensas.
Si todo el día estás pensando en los fallos de tu cónyuge, si el tiempo que dedicas a pensar en él o ella se centra en defectos y reproches, es fácil que cualquier otra persona pueda parecerte mejor y te atraiga. Haz una lista por escrito de los puntos fuertes que inicialmente te atrajeron de tu pareja. Aumenta el animar y apoyar y disminuye las críticas.

Precaución 7: No juegues a comparar.
Todos tenemos malas costumbres, manías y errores. Es muy tramposo comparar a tu esposa o esposo con un nuevo conocido, porque al recién llegado no lo estamos viendo en el mundo real, en el mundo de compartir techo, cuidar niños a las tres de la mañana, cuadrar cuentas, etc... 

Precaución 8: Busca ayuda.
Buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad. Busca ayuda quien está dispuesta a presentar batalla, es un primer paso de fuerza. Un terapeuta familiar cristiano, un buen consejero, etc... te darán una perspectiva serena, valiosa, para establecer nuevas estrategias para proteger o defender o reconstruir tu matrimonio.

Estos consejos, publicados en Christianity Today (verano 2006, Vol. 23, n2, pág. 42) son de Jill Savage ( www.jillsavage.org ), fundadora de www.hearts-at-home.org




domingo, 16 de septiembre de 2012

Más generosos, más satisfechos en el matrimonio




Un matrimonio generoso tiene más posibilidades de ser feliz. Un estudio publicado por The Family Watch nos permite comprender por qué los pequeños actos de servicio, las muestras frecuentes de afecto y el perdón mejoran la convivencia matrimonial.

Artículo de Juan Messeguer / www.aceprensa.com


En algunas columnas dedicadas a las relaciones de pareja es frecuente que, por un lado, se exalten las emociones intensas y, por otro, se haga un elogio de los vínculos frágiles. Cada cual tendría derecho a vivir romances apasionados, siempre y cuando se reserve a la vez el suficiente espacio para poner tierra de por medio y evitar así el escozor de unos compromisos demasiado agobiantes.

Tal y como la describe el sociólogo Zygmunt Bauman en su libro Amor líquido, la nueva norma que recomiendan estos consejeros a sus lectores es “que presten más atención a su capacidad interior para el goce y el placer, así como menos ‘dependencia’ de los otros, menos atención a las exigencias de los otros, y mayor distancia y frialdad a la hora de calcular pérdidas y ganancias”.

Semejante norma entronca con el modelo individualista de matrimonio que, según los autores del estudio (1), parece estar calando entre muchos norteamericanos. Es a partir de los años setenta del siglo pasado cuando “el matrimonio empieza a verse como un instrumento para satisfacer necesidades personales antes que como una oportunidad para servir al otro cónyuge en la vida corriente, algo que es bueno para ambos”, explica W. Bradford Wilcox, profesor de sociología de la Universidad de Virginia, autor de la investigación junto con Jeffrey Dew.

Un contrapeso a esta visión lo constituyen los hábitos de la generosidad y el sacrificio, los cuales requieren que ambos cónyuges pongan las necesidades del otro por delante de las suyas. Sin esa renuncia por parte de ambos, el equilibrio salta por los aires y la estabilidad matrimonial se tambalea.

Para estudiar cómo influyen estos hábitos en la satisfacción de los esposos con su matrimonio, los autores se basaron en la Survey of Marital Generosity. Esta encuesta es una muestra nacional representativa de individuos casados (1.705 varones y 1.745 mujeres; de ellos, 1.630 estaban casados entre sí) que fueron entrevistados entre 2010 y 2011. Los encuestados tenían entre 18 y 45 años, aunque los cónyuges del participante principal podían tener hasta 55 años.

Tres formas de generosidad

En el estudio, la generosidad es definida como “la virtud de dar cosas buenas al otro cónyuge libremente y en abundancia”. Se han valorado tres comportamientos concretos: los pequeños actos de servicio (por ejemplo, hacer el café por la mañana); las muestras frecuentes de afecto; y el perdón. Ninguno de estos tres actos son obligaciones estrictas del matrimonio, como sí lo son la fidelidad, la ayuda mutua o el apoyo económico.

Según los autores, el comportamiento generoso es tan decisivo en la vida conyugal porque “envía el mensaje al otro de que se quiere mantener la relación”. En el caso de los actos de servicio, por ejemplo, presupone conocer las preferencias del cónyuge; además, son ocasión para dar nuevas sorpresas y “tienden a provocar un sentido de gratitud en el cónyuge que los recibe; gratitud que, a su vez, está vinculada con emociones positivas” como la felicidad.

Por su parte, las muestras frecuentes de afecto favorecen la empatía y la comunicación. Puede parecer evidente, pero a menudo estas manifestaciones se pasan por alto cuando la gente anda de cabeza. A veces ocurre que, al llegar a casa, los esposos se entretienen con las redes sociales o con la televisión. O bien se entregan a sus hijos con tanta dedicación que les queda poco tiempo para cultivar su matrimonio.

Perdonar es un acto especial de generosidad porque, sin que pueda ser exigido, absuelve de la culpa al cónyuge por la ofensa recibida o por no haber estado a la altura.

Cuidar lo pequeño

El estudio destaca, como primera conclusión, que la generosidad de uno de los cónyuges favorece que ambos esposos –tanto el que da como el que recibe– se sientan mejor en el matrimonio, lo que a su vez aleja la probabilidad de divorcio.

Un matrimonio generoso da lugar a un “círculo virtuoso”, de modo que la entrega de uno de los cónyuges acaba llamando a la entrega del otro. El estudio constata cómo los pequeños sacrificios pueden aumentar los sentimientos de autoestima del cónyuge que se beneficia de ellos, así como avivar su sentido de gratitud y aprecio hacia el que los realiza.

Ahora bien, como advierten los autores en la discusión de las conclusiones, el comportamiento generoso no ha de verse como un anzuelo para ganarse el favor del cónyuge. De hecho, “la generosidad suele estar motivada por el deseo de beneficiar al otro, y no de recibir algo a cambio. Una conducta basada en el esquema ‘doy para que me des’ no parece compatible con la idea de la generosidad”.

Otra conclusión interesante es que para mejorar la convivencia entre los esposos no hace falta recurrir a grandes gestos de generosidad, sino que a menudo bastarán pequeñas acciones positivas que introducen mayor novedad en el matrimonio.

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Notas(1) Jeffrey Dew y W. Bradford Wilcox. “¿Da y recibirás? Generosidad, sacrificio y calidad conyugal”. 1 septiembre 2012. IFFD PAPERS nº 12. Producido por The Family Watch.










sábado, 15 de septiembre de 2012

Por la eutanasia, a la pena de muerte y viceversa



Acaba de trascender a la opinión pública que se ha aplicado la eutanasia al primer preso en Bélgica. Un hombre identificado como Frank VDB, que llevaba 20 años en prisión por dos violaciones con asesinato.
 
articulo de Juanjo Romero / www.conoze.com


Parece ser que ocurrió hace meses y la noticia se ha conocido por la indiscreción del senador Louis Ide, que se quejaba de la carencia de servicios sociales en las cárceles belgas.

Hace año y medio escribí sobre el tema: Eutanasia en Bélgica: ¿mejor la pena de muerte que la cadena perpetua?, pero mis previsiones quedaron cortas. El evidente plano inclinado por el que se precipita la sociedad belga tenía mayor inclinación.

El preso cumplía con las tres condiciones que exige la ley en Bélgica: el preso tenía una enfermedad terminal, había reiterado la solicitud de la muerte, y tres médicos ratificaron de forma independiente la solicitud.

Teniendo en cuenta que Bélgica los padres pueden solicitarla en nombre de sus hijos pequeños nos enfrentamos a un panorama insospechado que ya anticipó Philip Nitschke en su libro de 2005 «Killing Me Softly» y que resumía gráficamente como «la última frontera de la reforma penitenciaria».

En 2010 se les denegó la eutanasia a otros dos presos porque el motivo alegado era el «insoportable sufrimiento a nivel psicológico a causa de su encarcelamiento» pero desde entonces la ley se ha reformado para que la «falta de ganas de vivir» sea también un motivo.

El primer interrogante ético que se abre, y por el que yo creí que tardaríamos al menos un par de años más, es que con esta acciones se legaliza de modo indirecto la denostada «pena de muerte»: ¿qué preso no sufre a causa de su encarcelamiento?, ¿condenar a una persona que pueda sufrir este tipo de trastornos no será igual a condenarlo a muerte? ¿Por qué motivo se evitan con especial vigilancia los suicidios en prisión?

Y después de ese interrogante vienen otros que producen mucha más inquietud, pero consecuencia lógica de haber reducido la dignidad humana a autonomía y utilidad.


Por un lado el ahorro de costes en sanidad. En muchos países reverdece el Akton T4, cuya principal justificación era no tirar dinero en gente que no «era rentable» –vidas dignas de ser vividas–. El ahorro en los inviables Sistemas Sanitarios occidentales encontraría un alivio económico grandísimo no teniendo que hacerse cargo de ancianos (que además no contribuyen al sistema de pensiones) y de enfermos de larga duración.

Pero también el ahorro de costes en el sistema penitenciario. En España un preso cuesta 1.644€ al mes, en otros países algo menos, pero para quien piensa que la vida humana no es digna por sí misma es lógico que se plantee soluciones terribles.

O bien otro tema que merece consideración aparte como el aumento de transplantes de órganos procedentes de «eutanasiados», también en Bélgica, of course. Supongo que habrá quien todavía me considere un alarmista.
















viernes, 14 de septiembre de 2012

Los medios dominantes tienen una ignorancia ‘suicida’ de la religión



Los responsables de las emisoras de radio padecen una ignorancia «suicida» de lo que es la religión. Eso ha declarado Roger Bolton, un ex presentandor de la BBC, según publicaba ayer The Telegraph.








Los responsables de las emisoras de radio padecen una ignorancia «suicida» de lo que es la religión. Eso ha declarado Roger Bolton, un ex presentandor de la BBC, según publicaba ayer The Telegraph. Bolton añadía: la BBC no cumple con su obligación de ofrecer un servicio público si no mejora su compresión de la religión.

 

Es sorprendente que esas palabras de Bolton se hayan publicado a la vez que otras del cardenal Schönborn, de Viena, en las que lamenta: «Cada vez más, los cristianos que toman en serio su cristianismo, se sienten marginados, incluso en parte discriminados». Esas palabras las pronunció en un contexto más teológico, en una charla en Berlín a la que asistió también la canciller alemana, Angela Merkel.

 

Y es curioso también que anteayer mismo monseñor Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, afirmase en los Estados Unidos: « La International Society for Human Rights estima que el 80 % de todos los actos de discriminación religiosa en el mundo se dirigen contra los cristianos, y que miles de cristianos mueren al año por la fe... De manera más sofisticada, las democracias liberales de Occidente tienden a relegar la religión a la esfera privada ... y privan de la comprensión auténtica de la libertad religiosa».




Volviendo al periodista británico, Bolton relata que hay un creciente sentimiento entre los oyentes de que a los cristianos se les trata peor comparativamente que a los fieles de otras religiones. Por ejemplo, dice, es difícil que se hagan chistes con otras confesiones, mientras que con la cristiana parece moneda corriente. Bolton pide que los periodistas que informen de asuntos religiosos reciban antes un curso sobre la fe. La BBC tenía la responsabilidad de mejorar la comprensión sobre la religión, y no solo por motivos de educación, sino también por «el bien de la sociedad».

 

«Si no se entiende lo que es lo más importante para la gente, como sociedad tenemos un problema». Añadió: «Tenemos ciertamente una completa elite liberal en este país, una elite secular liberal, que domina la televisión». Los puntos de vista de los cristianos, como la oposición de los católicos a la fecundación in vitro (FIV) o al matrimonio gay, se rechazan con frecuencia como extremistas, sin intentar siquiera comprenderlos.



«Solo porque alguien esté en contra del matrimonio gay o de la FIV no es un lunático. Es parte de su creencia, tiene un problema genuino con la autoridad legal o equivalente, hay que comprender ese punto de vista».



En parte, la solución tendría que ser «infundir» religión en otros programas antes que confinarla a los huecos que se dejen para Dios; incluso habría que incorporar la religión en los personajes de telenovelas.